Sevilla (España). Manuel Escribano, dado de alta esta misma mañana en el Hospital de Móstoles y visiblemente más delgado y mermado de facultades, ha ofrecido una rueda de prensa a su llegada a Sevilla. Nada más bajarse del AVE, en el taurino Hotel Vincci de la ciudad hispalense, el sevillano ha querido compartir las primeras palabras de agradecimiento con medios de comunicación: 'Agradezco a todo el mundo las muestras de cariño, también a los medios de comunicación, a los profesionales y sobre todo al equipo médico y profesional del Hospital de Móstoles, porque me han tratado fenomenal y lo han bordado'.
El torero, que evoluciona favorablemente, ha hablado sobre cuales son los siguientes pasos a seguir en su recuperación: 'Para empezar, todavía tengo los puntos de la herida, 35, y posiblemente esta semana me los quiten. A partir de ahora me pongo en manos de especialitas cardiovasculares, cirujanos y médicos expertos en medicina interna aquí en Sevilla. En principio, el Dr. Domingo Jiménez será quién se encargue. La herida y la cicatrización van bastante bien, lo que más preocupa es la posible aparición de trombos, pero estoy medicándome para que esto no ocurra'.
Escribano no da por perdida la temporada, así lo ha confirmado: 'No sé aún el tiempo de recuperación, aunque los médicos han estimado que de momento, un mes sin hacer nada de esfuerzo. El mes de septiembre, por tanto, está perdido, pero espero no perder octubre, aunque sí veo la dificultad de poder torear. Pierdo ya alrededor de 16 corridas de toros pero lo primero que tengo en mente es recuperarme y cuidarme. Tengo que coger peso y una vez recuperado, pensar en retomar octubre y si no, en América, que posiblemente salga alguna fecha'.
El torero sevillano, ha vivido con esta cogida uno de los momentos más cruciales de su vida, en la rueda de prensa, en un momento casi íntimo, a tenor de los medios presentes, se mostraba sincero: 'Justo en el momento que el toro me chocó, yo ya sabía que llevaba algo grave. Sentí mucha angustia en la enfermería, porque sentí el abandono de mi cuerpo y yo era totalmente consciente de ello. Durante el traslado a Móstoles las constantes eran cada vez más bajas. Para mí lo más duro de esto ha sido sentir que me iba. Espero que no me afecte psicológicamente aparte de físicamente. Esto ha sido un accidente, la obligación del toro es coger y el torero superarlo. Me duele menos estar parado por la cornada que por no tener contratos'.
FOTOGRAFÍA: MANOLO VASCO
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