Sevilla (España) Por el filo de una espada. A esa mínima distancia se quedó Perera de la Puerta del Príncipe. La había conquistado por una tarde de figura del toreo, valentía a raudales con el peligroso tercero, con el que se la jugó y cortó una oreja de peso; y mando, poder y sometimiento frente al sexto, al que cuajó en una labor rotunda, sin fisuras. Pero la grandísima dimensión se topó de bruces con el fallo a espadas. Y eso fue lo que le privó al extremeño de cruzar el umbral de la Puerta del Príncipe que se había ganado por derecho.
Se lidió una manejable corrida -a excepción del lote de Castella, que se estrelló con los peores toros del encierro de Olga y García Jiménez- que ofreció posibilidades a El Cid, que rayó a gran nivel con capote y muleta y que incluso hubiera paseado un trofeo del cuarto si el toro no se hubiera parado. Menos suerte tuvo el francés, que sí puso mucho tesón y entrega, frente al lote más vacío.
Plaza de toros de Sevilla. Tres cuartos de entrada. Toros de Olga y uno (5º) de García Jiménez, justos de raza, pero manejables, a excepción de los deslucidos segundo y quinto. Peligroso el tercero. El Cid, ovación y vuelta al ruedo; Sebastián Castella, silencio y palmas; y Miguel Ángel Perera, oreja y gran ovación. Se desmonteraron Javier Ambel yVicente Herrera tras parear al segundo y Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero tras parear al tercero. Ovacionado también Pepe Chacón. |
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