Fue un espectáculo con altas dosis de plomo el de hoy en Logroño. El afán de Esaú Fernández venció al tedio en la corrida de toros celebrada hoy en Logroño. El desafío ganadero de Santa Coloma decepcionó como espectáculo y, pese al encastado inicio que dio el toro de José Escolar, se vino a mucho menos según avanzaba la tarde. Detalles de Paco Ureña y momentos sueltos de Joselito Adame hasta que, en un despliegue de voluntad en última instancia, Esaú, que sustituía a Escribano, arrancó una oreja del manejable astado de Juan Luis Fraile que cerró plaza.
En el último capítulo del 'desafío', Esaú Fernández evitó la nada en el balance artístico El de Juan Luis Fraile fue manejable y permitió al sevillano estar a gusto. Esaú dejó
claras sus intenciones pronto,m en el saludo a portagayola. El público
valoró toda su faena con receptividad, una faena elaborada en el centro
del ruedo. Sobresalió la frescura de ideas del torero, que supo llevar
bien al sexto en una labor bien resuelta y bien adornada en el cierre.
Mató con acierto y paseó el trofeo.
El primero fue un toro de José Escolar encastado y que se movió en la muleta de Luis Bolívar.
El torero colombiano lo lidió con buena compostura y toreando a gusto
al natural en una faena de ritmo. Una estocada baja dejó el balance del
espada en silencio.
El segundo, de La Quinta, aplaudido de salida, no terminó de emplearse, siempre con la cara a media altura. Paco Ureña
estuvo francamente bien. Logró una faena expresiva, bien sustanciada y
en la que lució su concepto artístico. Hubo muletazos bellos y
demostró una muñeca capaz de altas cotas artísticas. La tardanza en ver
la muerte al toro y una estocada baja también deslucieron el conjunto.
Joselito Adame
estructuró sobre la mano derecha su faena al deslucido tercero, que
soseó a lo largo de la lidia. Hubo una tanda que sobresalió, en el
centro del ruedo, en una labor que no remató por las condiciones del
toro. Muy serio por delante el cuarto de Adolfo Martín, ovacionado de inicio, pero deslucido, sin entrega. Rubén Pinar estuvo profesional pero no vio opciones de triunfo ante su astado. Fue silenciado. El quinto de Ana Romero derribó con estrépito al picador y llegó a la muleta sin celo ni emoción. Antonio Nazaré quiso ligar los muletazos pero no tuvo posibilidad de hilvanar una faena conjuntada. También fue silenciado, tras aviso.
Plaza de toros de La Ribera. Alrededor de un tercio de plaza. Toros de José Escolar (encastado, ovacionado), La Quinta (desrazado, silenciado), Adolfo Martín (deslucido), Flor de Jara (deslucido), Ana Romero (deslucido) y Juan Luis Fraile (manejable). Luis Bolívar, silencio; Paco Ureña, silencio tras aviso; Joselito Adame, silencio; Rubén Pinar, silencio; Antonio Nazaré, silencio tras aviso y Esaú Fernández (que sustituye a Manuel Escribano), oreja. |
FOTOGRAFÍAS: POYATOS
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