Otra vez con la Feria de Otoño y
carteles y abonos al fondo. Otra vez Madrid en el foco de las miradas.
Otra vez Las Ventas que debería ser ejemplo de casi todo. Y otra vez
Taurodelta y la Comunidad como protagonistas.
Taurodelta –para bien- dio
oportunidades desde San Isidro a matadores que podían emerger entre las
escasas posibilidades que le dejaban las novilladas. Juan del Álamo fue
la clave de una tarde de agosto que también aprovecharon López Simón y
Alberto Lamelas.
Taurodelta –para bien- ha puesto en la
de Otoño a triunfadores claros de San Isidro, lo que es una buena
política, pero ha fallado en la corrida del viernes con El Cid y Ritter.
La decadencia del Cid, que ha sido uno de mis toreros favoritos, no
merece otro puesto en Madrid cuando hay unos cuantos esperando desde el
ciclo de mayo-junio para renovar el escalafón. Necesitamos nombres
nuevos. Hay que premiar a los que hicieron méritos para ver si los
reafirman. Y así sería una política clara de triunfadores, de repetir a
los que se lo merecieron tanto en la feria como después. Del Álamo no
podía venir y Escribano, que lo merecía, tampoco podría hacerlo. Lesión
larga y percance duro de estos dos nombres del año.
Lo de Ritter no tiene explicación
aunque sea la sensación después porque hay 40 por lo menos que están
delante. Estuvo bien en San Isidro pero no para una alternativa en plaza
y feria tan destacada. ¿Y los jóvenes matadores muy alabados,
confirmantes sobre todo o no, en San Isidro, españoles y mexicanos?.
Los carteles de esta de Otoño, que está
hecha en general con justicia y que es buena para Madrid, no llevaría
más de un cuarto de plaza en muchas plazas. Pero Las Ventas es diferente
y ahora, en esta feria, en este tiempo, no hacen falta figuras sino
futuro y premiar a los que se la jugaron –que debería ser política
constante- para que cojan aire de cara al 2014. Veremos si el abono está
de acuerdo.
Hablaba hace días con un experto en
marketing sobre la pobrísima entrada de Valladolid –feria con poca gente
en general y mal tiempo este año- en la corrida de Adolfo, Ferrera,
Castaño y Adame, éste creo en su primera feria de importancia tras
Madrid. Vacío completamente el sol -¿es que no hubo ni un abonado en la
parte más económica de la plaza?- y me quedé asombrado. Para mí los
toros de Adolfo son interesantes, Ferrera es un veterano que lleva una
buena temporada, Castaño y su cuadrilla son atractivos y el cantadísimo
Joselito Adame (que después dio el cante) formaban un buen cartel. “Sólo
para los aficionados que sois pocos. No los conoce nadie” sentenció el
experto. ¿Qué dices? repliqué. “Nadie. Por eso no van. No han llegado a
la masa que es la que da buena entradas. Sólo irán a los toreros que les
suenan”. ¿Que Ferrera con los años que lleva, Castaño con la vuelta
histórica de la cuadrilla en San Isidro y con Joselito Adame que para
algunos críticos parece que había inventado el toreo en Madrid no hay
imán en el cartel?. “No. A los pocos que los conocen no les interesan”.
Y otra vez la Comunidad –para bien- por
mantener la fecha española y taurina del 12 de octubre, sin dudar que
dijo Abella. La opinión de Taurodelta era la contraria.
Y otra vez mal para los dos –Comunidad y
empresa- porque siguen con lo de siempre y no dan días para la mejora
de los abonados, lo que puede ser una sangría porque los ponen entre la
espada y la pared. Los que quieren mejorar o empeorar su localidad no
pueden. Todavía tiene tiempo Carlos Abella y sus jefes para hacerlo al
igual que amplían las fechas de renovación cuando les vienen tsunamis.
Sería triste pero puede que siga la huída. Hagan lo posible por pararla
porque ya me llamaron amigos a primeros de mes diciendo que no
renovarán, que si conozco a alguien que pueda estar interesado. Malo.
Hay algunos que lo único que quieren
es poner juntos los abonos separados que ya están a su nombre,
conozco algún caso que sólo se trata de un intercambio de titular de la
tarjeta y otros que económicamente quieren tener localidades más
baratas. Y así sucesivamente. Ni la Comunidad ni Taurodelta salen
perjudicados sino beneficiados y no digamos los clientes.
No hacerlo es descuidar a los fieles.
Les voy a contar dos casos de abonados del Real Madrid. Un amigo esta
temporada quería traspasar dos muy buenos y no consiguió su propósito :
el club se ha quedado con ellos durante dos años. Podrá recuperarlos en
la próxima y sólo los perderá si terminada la segunda no los reclama.
Igualito que en Las Ventas. Otro amigo tenía un abono separado de su
hermano. Van a pedir si los pueden poner juntos. Y les dicen en el club :
ya lo hemos hecho al ver los apellidos.
Igualito que en la plaza de toros de
Madrid. Diferencia abismal. Política de atender a los clientes o lo
contrario. ¿Es que no hay nadie con sentido común en tiempos tan
difíciles como estos? ¿No deberían ser ejemplo para todas las plazas de
España?
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