ULTIMA DE BURGOS

Padilla malogró con el descabello una decidida faena al cuarto de Alcurrucén, hierro que echó tres toros con posibilidades. Fandiño, sin opciones con el peor lote.

Lo más reseñable del festejo que se ha celebrado la tarde de este miércoles en Burgos llevó la firma de Sebastián Castella. El segundo de Alcurrucén, de pelo colorado berrendo, sacó muchas de las virtudes de la sangre Núñez: fue a más, rompió por abajo y tuvo clase y ritmo en sus embestidas. Fue un toro importante. El francés protagonizó una buena faena ante él, ligada, compacta y reunida, en la que toreó despacio y a gusto por ambos pitones. Falló con la espada, matando de dos pinchazos y una estocada, y todo quedó en una ovación con saludos. Cortó una oreja muy importante del quinto, con el que se mostró confiado, aguantando y valiente. Esfuerzo serio de Castella. Todo con mucha entereza. Mató de pinchazo y estocada.

Padilla no tuvo opciones con el deslucido primero y anduvo muy decidido con el cuarto, del que podía haber tocado pelo de no haber marrado con el descabello; y Fandiño, que pechó con el peor lote, ejecutó una faena larga y tesonera en primer lugar, en la que trató de conducir la desclasada y arrítmica embestida del toro, y se estrelló frente al agarrado y parado sexto.

Burgos, 2 de julio de 2014. Quinta de la Feria de San Pedro. Tres toros de Alcurrucén, bien presentados, serios, variados de pelo y comportamiento. Destacaron el importante y bravo 2º; el buen 4º, que fue a más; y el 5º, con poder aunque sin clase. Juan José Padilla, silencio y silencio tras dos avisos; Sebastián Castella, saludos tras aviso y oreja; Iván Fandiño, silencio tras dos avisos y silencio. Entrada: Media plaza.
FUENTE APLAUSOS