Rafaelillo, con dos orejas, ha sido el último gran triunfador de la Feria de la Madeleine de Mont de Marsan. El murciano arrancó a base de esfuerzo y valor una oreja de cada toro de su lote y abrió la puerta grande. Sus compañeros de terna, Fernando Robleño y Javier Castaño, fueron silenciados.
Rafaelillo cortó una oreja del primero, un miura agalgado, feo de pitones, que desarrolló sentido y un molesto calamocheo en la muleta. La labor del murciano fue un combate cuerpo a cuerpo entre el miureño y él, arrancando y cerrando la faena con muletazos y desplantes con las dos rodillas en tierra. Lo mejor de su valerosa actuación fue la estocada con la que finiquitó al toro. Espectacular, tirando al toro sin puntilla. Se le pidió con fuerza la segunda oreja.
Rafaelillo recibió al cuarto, que lució una gran arboladura, con dos largas de rodillas, buenas verónicas y una bonita media de remate. A fuerza de poderle, el murciano logró una faena que fue de menos a más, toreando bien a derechas y rematando con molinetes de rodillas. Fue volteado sin mayores consecuencias que el susto y mató de pinchazo, media tendida y descabello. Paseó la oreja al grito de ¡torero, torero!
El segundo fue un toro andarín que, sin desarrollar el mismo peligro que su hermano anterior, tampoco se le vio nunca metido en los engaños. Robleño hizo un esfuerzo ante él, instrumentando muletazos sobre los dos pitones pero el animal, que no humillaba y se quedaba corto, dificultó el lucimiento. Mató de estocada casi entera delantera después de un pinchazo y dos golpes de descabello, siendo silenciado.
El quinto tampoco ofreció opciones de lucimiento. Tuvo mucho sentido, fue probón, medía y se orientó rápido. Robleño optó por abreviar.
El tercero, alto y largo de hechuras, blandeó de salida, peleó sin clase en el caballo y lanzó hachazos por los dos pitones. Javier Castaño extrajo algunos muletazos meritorios por el pitón derecho en una labor presidida por el oficio. Se escapó varias veces de ser cogido en un trasteo en el que anduvo valiente frente a una res que tampoco humilló ni mostró recorrido. Fue silenciado.
El sexto fue un miura peligrosísimo. Se vivió con miedo en los tendidos la faena de Castaño, que estuvo valiente antes de matar de estocada que hizo guardia y descabello.
Mont de Marsan (Francia), domingo 20 de julio de 2014. Quinta y última de feria. Toros de Miura, bien presentados, complicados y difíciles. Rafaelillo, oreja con fuerte petición de la segunda y oreja; Fernando Robleño, silencio y silencio tras aviso; Javier Castaño, silencio en ambos. Entrada: Casi lleno. Saludaron tras banderillear al cuarto José Mora y Pascual Mellinas y Ángel Otero tras hacer lo propio en el quinto. También destacó con los palos Fernando Sánchez en el sexto, bien picado por Tito Sandoval. El paseíllo arrancó con cinco minutos de retraso por la necesidad de acondicionar el ruedo tras las fuertes lluvias caídas en durante la noche de ayer.
FUENTE APLAUSOS
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