Bilbao (España).
La grandeza del espectáculo no la mide la estadística. Al menos no en
tardes como la hoy vivida en Bilbao. De emociones, de toreo y de mucho
interés. De nuevo Enrique Ponce cuajó un faenón
sobresaliente en 'su' plaza y con él rompió el público a vivir como
merecía el festejo. La espada dejó a cero lo que era de Puerta Grande.
No le fue a la zaga Miguel Ángel Perera, que se jugó la vida y aun mermado físicamente -un fuerte pisotón le dejó el pie hinchado- se impuso a un lote duro.
A Perera le tocó lidiar tres toros porque Jiménez Fortes sufrió
una fuerte cornada en su primero. Tuvo que ser llevado a la enfermería
sin redondear una faena de mucho aguante. Tarde, en resumen rápido,
grande y exigente como fue la corrida de Alcurrucén, que resultó
compleja en buena.
Que figura del toreo mas grande
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