Madrid (España). Julián López 'El Juli' fue protagonista ayer de la contraportada del diario 'El Mundo'
en una entrevista un tanto atípica en la que el torero habla sobre
cosas que quizá el gran público o aficionado no haya oído ni leído de su
'boca'. Su infancia, la muerte, el miedo, su momento más angustioso (el
accidente con su familia), sus aficiones...
El Juli habla de su infancia y la recuerda como una niñez 'llena
de dedicación, disciplina y responsabilidades. Una infancia
extraordinaria: jugaba poco, no tenía la normalidad de los niños de mi
edad, me faltaron muchas cosas. Creo que ahora tengo más rasgos
infantiles que cuando era pequeño, ahora me río más'.
El torero ofrece frases como esta, en esta interesante entrevista:
'Hoy en día sabemos demasiado y eso te hace ser precavido en exceso, me
gusta la inocencia porque te hace entregarte sin reservas. La sensación
de vivir sin ver las dos caras de lo que hay'.
Habla de su familia, concretamente de sus mellizos y los compara con una de las suertes del toreo: 'Con
cualquiera que tenga que ver con lo más especial, con lo más de verdad
que tienes en tu vida. El toreo al natural, que es el más hondo y el que
más te llena'.
El miedo y la muerte también son temas que el entrevistador, Pedro Simón, se atreve a preguntar y tratar de un modo cercano. ¿Es de bestias no tener miedo?, pregunta el entrevistador, a lo que Julián responde: 'No tener miedo es de inconscientes, de ser poco inteligente, el valiente es el que es capaz de superar más miedo'.
Sobre la muerte, afirma: 'El toro es quietud, no es baile.
Poesía. Y la muerte... En Sevilla sí tuve la sensación de descontrol más
fuerte que cualquier otra vez. Aquella cornada me arrancó una arteria,
la femoral. No sientes la muerte, pero sí que la vida no la tienes
embridada. La sensación de que te vacías es una sensación que da pánico'.
También habla sobre uno de los momentos más angustiosos de su vida, el accidente de coche que tuvo con su familia. Julián se muestra cercano y habla por primera vez de cómo fue aquello y lo que sintió:
'Fue lo peor de mi vida, lo primero que quise fue morirme. Los dos
niños no podían decir cómo estaban, tuve que sacarlos con el brazo roto.
Con una cornada tú pagas las consecuencias, pero ese día fue la primera
vez que vi que los demás podían pagar las consecuencias de un acto mío,
una sensación de asfixia'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario