El primero fue un toro bajo, noble y de buena condición pero descastado. Frascuelo dejó una labor de esbozos con detalles sueltos dentro de un conjunto sin fondo. Saludó una ovación tras un pinchazo hondo.
De buen juego y noble condición fue el tercero, ante el que Frascuelo firmó una faena sin concretar pero con destellos de personalidad y particular torería. Entró a matar derecho, dejando una estocada casi entera de la que salió prendido y perseguido por el toro, perdiendo pie y siendo arrollado en el suelo, sin consecuencias. El madrileño paseó la oreja con una brecha en la frente de la que sangraba.
El quinto, bien hecho y de buena conducta, tuvo prontitud y movilidad. Frascuelo instrumentó una labor deshilachada y con altibajos pero más consistente que las anteriores. Dejó pasajes estimables en redondo, dentro de un conjunto en el que necesitó de tiempos entre tanda y tanda y en el que no faltaron los broches de torería a modo de ayudados y trincherillas. Dio una vuelta al ruedo tras fallar con la espada.
Rodolfo Rodríguez "El Pana" fue silenciado tras pasaportar al segundo, un toro que se movió con nobleza. El veterano torero mexicano sorprendió estirándose de salida a la verónica en lances personalísimos y muy arrebatados rematados de singular farol. Eso fue lo mejor de su actuación, puesto que la faena resultó inconsistente y destemplada.
El cuarto fue duramente castigado en el primer tercio en dos puyazos que acusó luego en la muleta. El Pana mostró sus limitaciones físicas en un trasteo premioso, carente de asiento y sin brillo, en el que únicamente dejó algunos destellos al natural. No estuvo afortunado con el acero y fue silenciado.
El Pana montó un lío con el capote al recibir sin probaturas al sexto con verónicas precedidas cada una de ellas de faroles e intercaladas de una caleserina. Entusiasmó el diestro mexicano en un tercio de banderillas de pura genialidad: tres pares de banderillas citando en corto y de frente, los dos primeros resueltos al quiebro y el tercero al violín. En pie la plaza. Un clamor. Dio la vuelta al ruedo tras acabar el tercio. Fue éste un toro bueno, con fijeza, clase y movilidad. Inspirado el mexicano, abrió faena en los adentros con un cambiado por la espalda, ajustadísimo. Emoción, pasión en los tendidos, entregados al azteca. Faena personal en las formas, en los modos, en la colocación. Llegó a perder pie al rematar una tanda en redondo. Muletazos sueltos por alto y toreo indescifrable en ocasiones. El último tramo de la faena resultó más descompuesto. El mal uso de la espada desbarató el triunfo. Aun así, y después de tres pinchazos, cortó una oreja.
El Pana montó un lío con el capote al recibir sin probaturas al sexto con verónicas precedidas cada una de ellas de faroles e intercaladas de una caleserina. Entusiasmó el diestro mexicano en un tercio de banderillas de pura genialidad: tres pares de banderillas citando en corto y de frente, los dos primeros resueltos al quiebro y el tercero al violín. En pie la plaza. Un clamor. Dio la vuelta al ruedo tras acabar el tercio. Fue éste un toro bueno, con fijeza, clase y movilidad. Inspirado el mexicano, abrió faena en los adentros con un cambiado por la espalda, ajustadísimo. Emoción, pasión en los tendidos, entregados al azteca. Faena personal en las formas, en los modos, en la colocación. Llegó a perder pie al rematar una tanda en redondo. Muletazos sueltos por alto y toreo indescifrable en ocasiones. El último tramo de la faena resultó más descompuesto. El mal uso de la espada desbarató el triunfo. Aun así, y después de tres pinchazos, cortó una oreja.
Guadalajara, jueves 11 de septiembre de 2014. Toros de Juan Manuel Criado y uno (4º) de Encinagrande, bien presentados y de buen juego salvo el 1º, de escaso celo. Frascuelo, ovación con saludos, oreja y vuelta al ruedo; El Pana, silencio, silencio y oreja. Entrada: Media plaza. Ambos toreros saludaron una ovación al concluir el paseíllo. Destacaron lidiando Juan Carlos García y Raúl Cervantes.
FUENTE APLAUSOS
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