La tarde se la llevó El Juli, que se armó de raza e hizo gala de su condición de figura para darlo todo en el ruedo, después de que cierto sector del público se metiera con él en su primero, un toro que embistió con la cara a media altura y sin emplearse, con una embestida tosca y desclasada, virtudes que intentó tapar un templado Juli, que llevó siempre embebido al toro en la muleta, con mando y mano baja. La faena se basó sobre la izquierda, el mejor pitón del toro. Autoridad y raza la del torero para sacar agua de un pozo seco. Mató al segundo intento, teniendo que descabellar.
Con la miel en los labios se quedó el público después de que el quinto toro se lesionara la mano izquierda cuando El Juli estaba bordando el toreo y poniendo la plaza al rojo vivo. Buen toro el de Los Encinos, que embistió con acometividad y a más. Antes de entrar a matar, el madrileño anunció que regalaba el sobrero. Mató a la primera.
Y con el sobrero llegó el éxtasis y lo mejor del festejo. Con el de Fernando de la Mora, El Juli rindió al público de Guadalajara en una faena antológica. Julián fue poco a poco metiendo en la muleta al de Fernando de la Mora. Inicio técnico, sobando primero y sin obligar a su oponente para después bajarle ya la mano con el toro muy entregado, cuajando una faena torera, llena de raza y ambición, yendo a más ante un público totalmente volcado. Faena llena de frescura con un Juli abandonado y roto, defendiendo su sitio. Actuación importante entre gritos de ¡torero, torero!. Mató al segundo intento, echando mano del descabello.Oreja de peso, que era de dos, aunque el juez de plaza se negó a sacar el segundo pañuelo.
Buena suerte, nº 27, de 490 kilos y del hierro de Los Encinos, fue el toro con el que Ricardo Frausto tomó la alternativa. Brilló el toricantano con un buen recibo a la verónica y en un quite por ceñidas gaoneras. Tras la ceremonia, brindó a sus padres. La pena fue que el toro no acompañase y se rajase pronto, pero dejó muy buenas sensaciones.
Frausto no quiso quedarse atrás después de lo de El Juli y fue todo voluntad y actitud frente al sexto. Lo dio todo con un astado que se aplomó pronto, pero dejó muy buen sabor de boca. Mató al segundo intento esfumándose cualquier posibilidad de premio.
No fue la tarde de Morante. Abrevió con su primero, un toro muy agarrado al piso y con peligro con el que el sevillano lo intentó con poca fortuna. Estuvo muy desacertado con la espada, llegando a escuchar los tres avisos.
El cuarto se partió un pitón y fue devuelto a los corrales. En su lugar salió un sobrero de Los Encinos, con el que Morante no lo vio claro y volvió a abreviar. Únicamente destacó en acompasadas verónicas. Volvió a estar desafortunado con los aceros y desató el enfado del público. Destacó picando David Vázquez, muy ovacionado.
No contento, decidió regalar otro sobrero, de Pepe Garfias, un inválido que se echó en el tercio de banderillas. Cuando iba a ser apuntillado, se levantó y tras clavar un tercer par, Morante cogió la espada y lo despachó enseguida.
Domingo 17. Toros de Los Encinos (1º, 4º bis y 5º) y San Isidro, de juego desigual; y dos toros de regalo (Fernando de la Mora, bueno, y ). Morante de la Puebla: Pitos tras tres avisos, pitos tras dos avisos y silencio; El Juli: Ovación con saludos, ovación con saludos y oreja con petición de la segunda; Ricardo Frausto, que tomaba la alternativa: Ovación y palmas. Entrada: Tres cuartos.
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