«No soy muy de premios, pero uno con que lleva el nombre de Juan Belmonte es lo más grande que le puede pasar a un torero».
Con estas palabras agradecía ayer Curro Romero la distinción que
recibió de la Tertulia Taurina Juan Belmonte, de la localidad sevillana
de Cañada Rosal, la primera dedicada al Pasmo de Triana y que servía de
acto de inauguración de la misma. Fue el propio Romero quien descubrió
el azulejo de inauguración. Junto al Faraón, también fueron premiados el
matador de toros Manuel Escribano, los ganaderos Eduardo y Antonio
Miura, y el periodista sevillano Emilio Parejo.
Romero, en su alocución, precisó que «yo quiero ser breve, como Juan Belmonte, que le pegaba veinte muletazos a un toro y cuando lo iba a matar la gente le gritaba que no lo hiciera, que torease más, y él decía aquello de el que quiera verme, que venga mañana».
Curro, desconocido por el tiempo que estuvo delante del micrófono, se sinceró diciendo que el mejor premio ha sido su gran afición y que igual que un pintor o un escritor, él se expresaba toreando para disfrute de muchos y de él mismo. Y fue más allá al referirse de nuevo a este galardón. «Todos los premios que he recibido los valoro, no los rechazo; pero uno que lleve el nombre de Juan Belmonte es de las cosas más importantes que me han ocurrido en mi vida taurina».
Los premiados recibieron unas serigrafías numeradas del artista ya fallecido Pepe Belmonte, sobrino del Pasmo y que además fue apoderado de Curro Romero. Las obras muestran en retrato de Belmonte y tres pases característicos del trianero. José Luis Sequera, presidente de la tertulia, glosó a los homenajeados, al igual que Juan Belmonte Luque, componente de la junta directiva. No en vano, en la misma se encuentran varios familiares del Pasmo de Triana.
Romero, en su alocución, precisó que «yo quiero ser breve, como Juan Belmonte, que le pegaba veinte muletazos a un toro y cuando lo iba a matar la gente le gritaba que no lo hiciera, que torease más, y él decía aquello de el que quiera verme, que venga mañana».
Curro, desconocido por el tiempo que estuvo delante del micrófono, se sinceró diciendo que el mejor premio ha sido su gran afición y que igual que un pintor o un escritor, él se expresaba toreando para disfrute de muchos y de él mismo. Y fue más allá al referirse de nuevo a este galardón. «Todos los premios que he recibido los valoro, no los rechazo; pero uno que lleve el nombre de Juan Belmonte es de las cosas más importantes que me han ocurrido en mi vida taurina».
Los premiados recibieron unas serigrafías numeradas del artista ya fallecido Pepe Belmonte, sobrino del Pasmo y que además fue apoderado de Curro Romero. Las obras muestran en retrato de Belmonte y tres pases característicos del trianero. José Luis Sequera, presidente de la tertulia, glosó a los homenajeados, al igual que Juan Belmonte Luque, componente de la junta directiva. No en vano, en la misma se encuentran varios familiares del Pasmo de Triana.
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