Alberto Aguilar fue el nombre más destacado de la
tarde en Las Ventas. El madrileño dejó los pasajes más artísticos del
festejo ante el mejor toro del encierro de Montealto. Inteligente,
capaz, con cabeza y muy torero estuvo Aguilar. El Capea anduvo
voluntarioso con un primero noble y un deslucido cuarto. Sebastián
Ritter, que entró en sustitución de Paco Ureña, no tuvo opciones con su
lote.
Alberto Aguilar cortó una importante oreja del quinto. Fue éste un buen toro, con movilidad, clase y transmisión de Montealto. El madrileño lo entendió a la perfección, toreándolo con seguridad y temple. Sin obligarle y en tandas cortas, Aguilar dejó una faena medida, gobernando en todo momento las embestidas de su oponente sobre ambas manos. Siempre con la figura erguida. Con la mano derecha dejó tandas excelentes por su reunión. Al natural hubo una serie de muletazos largos rematados de un doblón muy torero. Gran dimensión del madrileño, sobre todo, por su evolución artística. Remató de gran estocada.
El serio segundo empujó en una primera vara en la que se enceló largo tiempo en el caballo y una segunda en la que cumplió. Todo el fondo se lo dejó el toro en este primer tercio, llegando a la muleta apagado y sin recorrido. Alberto Aguilar no tuvo opciones en una faena breve en la que fue silenciado.
El primero de Montealto se partió el pitón derecho tras derrotar en uno de los burladeros y fue devuelto. Se corrió turno y en su lugar salió el remiendo de Julio de la Puerta, un toro cinqueño, que resultó noble y manejable pero bajo de raza y que terminó aplomado y parado. Cumplió El Capea en una faena de buena disposición. Manejó al toro con solidez, tirando bien de su oponente por el pitón derecho dentro de un conjunto solvente. Fue silenciado tras pasaportar al cuarto, un toro que resultó deslucido, sin clase ni ritmo. El salmantino anduvo voluntarioso y dispuesto en una faena de escaso relieve.
El tercero de Montealto fue devuelto tras descoordinarse de salida. Ritter corrió turno y salió otro ejemplar del hierro titular, que resultó noble pero bajo de raza con el que el colombiano, siempre muy firme, no tuvo opción. Lo mejor fue matarlo con brevedad. En último lugar se lidió un sobrero de El Ventorrillo, tras correrse turno en el tercero, sin clase y que embistió brusco y con la cara alta. Ritter puso todo de su parte en una labor poco lucida y discreta, en la que estuvo desafortunado con los aceros.
Madrid, domingo 1 de junio de 2014. Toros de Montealto, de poco juego salvo el 5º, un buen toro; Julio de la Puerta, lidiado como primero tras correrse turno y El Ventorrillo, lidiado en 6º lugar tras correrse turno. El Capea: Silencio tras aviso y silencio; Alberto Aguilar: Silencio y oreja; Sebastián Ritter: Silencio y silencio tras tres avisos. Entrada: Tres cuartos.
FUENTE APLAUSOS
Alberto Aguilar cortó una importante oreja del quinto. Fue éste un buen toro, con movilidad, clase y transmisión de Montealto. El madrileño lo entendió a la perfección, toreándolo con seguridad y temple. Sin obligarle y en tandas cortas, Aguilar dejó una faena medida, gobernando en todo momento las embestidas de su oponente sobre ambas manos. Siempre con la figura erguida. Con la mano derecha dejó tandas excelentes por su reunión. Al natural hubo una serie de muletazos largos rematados de un doblón muy torero. Gran dimensión del madrileño, sobre todo, por su evolución artística. Remató de gran estocada.
El serio segundo empujó en una primera vara en la que se enceló largo tiempo en el caballo y una segunda en la que cumplió. Todo el fondo se lo dejó el toro en este primer tercio, llegando a la muleta apagado y sin recorrido. Alberto Aguilar no tuvo opciones en una faena breve en la que fue silenciado.
El primero de Montealto se partió el pitón derecho tras derrotar en uno de los burladeros y fue devuelto. Se corrió turno y en su lugar salió el remiendo de Julio de la Puerta, un toro cinqueño, que resultó noble y manejable pero bajo de raza y que terminó aplomado y parado. Cumplió El Capea en una faena de buena disposición. Manejó al toro con solidez, tirando bien de su oponente por el pitón derecho dentro de un conjunto solvente. Fue silenciado tras pasaportar al cuarto, un toro que resultó deslucido, sin clase ni ritmo. El salmantino anduvo voluntarioso y dispuesto en una faena de escaso relieve.
El tercero de Montealto fue devuelto tras descoordinarse de salida. Ritter corrió turno y salió otro ejemplar del hierro titular, que resultó noble pero bajo de raza con el que el colombiano, siempre muy firme, no tuvo opción. Lo mejor fue matarlo con brevedad. En último lugar se lidió un sobrero de El Ventorrillo, tras correrse turno en el tercero, sin clase y que embistió brusco y con la cara alta. Ritter puso todo de su parte en una labor poco lucida y discreta, en la que estuvo desafortunado con los aceros.
Madrid, domingo 1 de junio de 2014. Toros de Montealto, de poco juego salvo el 5º, un buen toro; Julio de la Puerta, lidiado como primero tras correrse turno y El Ventorrillo, lidiado en 6º lugar tras correrse turno. El Capea: Silencio tras aviso y silencio; Alberto Aguilar: Silencio y oreja; Sebastián Ritter: Silencio y silencio tras tres avisos. Entrada: Tres cuartos.
FUENTE APLAUSOS
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