El pundonor y las ganas de ser de Manuel Escribano en sus dos toros han sido las notas más destacadas del quinto festejo de la Feria de Abril de Sevilla. Se lidió una corrida de Jandilla y Vegahermosa que si bien tuvo buena condición, no tuvo en líneas generales el empuje necesario para desarrollar sus virtudes. Completaban la terna Sebastián Castella e Iván Fandiño, que fueron silenciados a la muerte de cada uno de sus toros.
Escribano dio una aclamada vuelta al ruedo al terminar con su primero. El público pidió la oreja pero el presidente, quizá por la colocación de la espada, que cayó un poco caída, no quiso sacar el pañuelo. El sevillano se fue a portagayola y toreó bien de capa, protagonizando después un buen tercio de banderillas, en el que destacó en un tercer par al quiebro exponiendo mucho. En la muleta el toro sacó buen fondo gracias a la disposición de su matador, que le bajó bien la mano. El de Jandilla, muy agradecido, embistió con importancia y resultó un toro muy interesante. El torero, muy asentado, logró buenos pasajes por los dos pitones, especialmente por el izquierdo, por donde llegaron los mejores momentos. La estocada fue fulminante. Antes, en su turno de quites, Iván Fandiño toreó por ceñidas gaoneras.
Saludó el de Gerena una fuerte ovación tras finiquitar al quinto, un toro noble, de buen fondo, al que le costó desplazarse. Escribano, que de nuevo se fue a la puerta de chiqueros, anduvo brillante a la verónica, dando lances soberbios, templadísimos, rematados con una media que hizo crujir la plaza. Banderilleó con solvencia y mostró con la muleta buen pulso. Llevó bien la embestida del animal, sin dejarse tropezar los engaños, pero a la calidad de la res le faltó empuje y, por tanto, transmisión. Mató de estocada.
Abrió plaza un toro de Vegahermosa que tuvo fijeza pero recortaba el viaje en unas ocasiones y se metía por dentro en otras, por lo que no sirvió para el lucimiento. Fue más complicado de lo que pareció llegar al público. Sebastián Castella, muy voluntarioso, lo mató de una estocada y fue silenciado.
Sirvió el cuarto toro, con el hierro de Jandilla, pero la faena de Sebastián Castella, que contó con un arranque prometedor por su hombría y entereza, tuvo demasiados altibajos. Hubo buenos naturales, pero los muletazos por el pitón derecho no dijeron nada. La labor del francés no llegó a encender la pasión en los tendidos a pesar de su extensión. Mató de estocada y descabello y resultó silenciado tras aviso.
Cuando Iván Fandiño atemperó las primeras arrancadas, descompuestas y algo violentas, de su primero, el toro se vino abajo y dijo que nones. Le dio colocación, mano baja y mando el vizcaíno, sintiéndose podido el animal, que no dio opciones de triunfo. Mató de una buena estocada y todo quedó en silencio.
Inició su faena ante el sexto con un pase cambiado por la espalda en los medios, pero cuando empezó a exigirle por abajo al de Jandilla, a mandar y a ligar sus embestidas, el toro empezó a pararse hasta que lo hizo totalmente. Como varios de sus hermanos, humilló y tuvo calidad, pero no transmitió. El de Orduña mató de una buena estocada. Sevilla, 5 de mayo de 2014. Toros de Jandilla y Vegahermosa (1º, 3º y 5º), bien presentados, de buena clase, con calidad, pero faltos de empuje y fondo en la muleta. Sebastián Castella, silencio y silencio tras aviso; Manuel Escribano, vuelta al ruedo tras petición y ovación con saludos; e Iván Fandiño, silencio y silencio tras aviso. Entrada: Casi tres cuartos. Javier Ambel se desmonteró tras parear al primero; y José Chacón y Vicente Herrera hicieron lo propio tras banderillear al cuarto.
FUENTE APLAUSOS
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