Medellín (Colombia) La tarde tuvo un protagonista de lujo, porque más allá de las orejas que cortó y que dejó de cortar, Castella sacó matrícula de honor en actitud. Y con el valor, la quietud y el temple, se adueñó de una tarde que le catapulta como uno de los toreros más destacados del abono. Morante tornó las lanzas de su primero ( un ejemplar de nula condición) que regresó a los corrales, en cañas, después de dejar detalles de toreo 'caro' en el cuarto. Santiago Gómez tomó la alternativa con más voluntad que acierto con un desigual encierro de Ernesto Gutiérrez.
Castella diseñó una faena redonda y maciza al tercero, que tuvo la virtud de la ligazón y la intensidad. No hubo tiempos muertos y sí en cambio mucha emoción en los embroques por el ajuste de cada muletazo y porque el animal nunca acabó de viajar metido en los vuelos. Lamentablemente el acero acalló tan rotunda labor.
El triunfo llegó en el quinto, toro alto y montado, mas en 'murube', lo saludó con verónicas de rodillas y luego quitó alternando chicuelinas y tafalleras. Volvió a mostrar una entrega desmedida en el inicio con pases cambiados, antes de torear ligado, enganchando por delante la embestida y tirando con gran limpieza de la misma. Y cuando el toro se paró, se metió entre los pitones hasta dejarse rozar la taleguilla. Una gran actuación, contundente y sin fisuras de un gran Castella.
Morante escuchó los tres avisos en si primero, toro díficil y sin posibilidades con el que no estuvo afortunado el sevillano manejando los aceros. Al cuarto le cuajó un buen quite por chicuelinas y un delicioso inicio de faena al hilo de las tablas, pero después de dos series de gran nota con la derecha antes de que el perdiera celo entre pase y pase y se fuera rajando poco a poco. Hubo detalles de gran torería y hasta se pidió la oreja. El público le ovacionó.
Santiago Gómez recibió el doctorado con el toro 'Pipero', un animal que desarrolló a peor y acabó quedándose corto porque a la faena del toricantano, dispuesto siempre, le faltó limpieza. El sexto fue el que mejor pelea hizo en varas y luego tuvo un viaje largo y emotivo en la muleta. La faena del joven torero manizalita transcurrió entre la voluntad y la discontinuidad.
Plaza de toros La Macarena de Medellín. Media plaza. Toros de Ernesto Gutiérrez, de juego desigual. Morante de la Puebla, bronca tras tres avisos y ovación tras petición; Sebastián Castella, ovación tras aviso y dos orejas; Santiago Gómez, que tomaba la alternativa, ovación y palmas |
FOTOGRAFÍAS: JULIAN VELASCO
FUENTE MUNDOTORO
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