Había una vez dos crios que crecieron en Vaciamadrid jugando al toro. Antonio estuvo en la escuela taurina donde prometía bastante, y Jorge imitaba a su tío recortando vaquillas.
El tiempo les quito pelo les puso canas y les dio mujer e hijos.
Y el tiempo les ha dejado seguir disfrutando de los toros, ahora se juntan con un grupo de aficionados a los que pueden llamar amigos. Doy fe de que estos están muy orgullosos de poder llamar amigos a aquellos.
Este sábado volvieron a recibir el reconocimiento público. Enhorabuena no por esto, si no por vosotros por como sois fundamentalmente.
Me alegro por su amistad y también por el reconocimiento publico del sabado pasado enhorabuena a los dos
ResponderEliminardos buenos aficionados y grandes amigos.he disfrutado grandes momentos con los dos y quiero seguir disfrutándolos enhorabuena chavalitos
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