El Juli cortó las dos orejas del quinto por una faena muy julista. Arrancó con un quite por lopecinas muy templado y parado que ya comenzó a calentar a la parroquia. Luego, inició con la muleta sin probaturas en los medios sobre la mano derecha. El inicio fue muy emocionante y el grueso de la labor tuvo el sello de la casa: mano baja y ligazón. El toro quiso rajarse y el final de faena, llevándose al animal de los medios a las tablas con muletazos por bajo muy ligados, fue de apoteosis. Mató de una estocada y paseó el doble trofeo.
El segundo fue un buen toro de Parladé al que El Juli hizo un faenón. La primera parte del trasteo fue de toreo muy largo, reunido, ligado y por abajo. Y en la segunda rozó lo imposible en terrenos de cercanías, metido entre pitones y aguantando los parones del astado. Era faena de dos orejas, pero perdió el premio tras pinchar dos veces antes agarrar la estocada definitiva. Saludó después de que se le pidiera con timidez la oreja.
El bonito parladé que hizo cuarto se enceló con el caballo hasta el punto de estar cerca de cuatro minutos peleando con la cabalgadura. Se llevó una ovación de gala el monosabio Víctor Bau, que cogió al animal del rabo y del pitón para librar al caballo del trance. Padilla banderilleó con algún apuro -pues el toro apretaba- y luego no tuvo opciones con la muleta pues el astado se paró a plomo. Mató de una estocada y fue silenciado.
El primero, un toro colorado de 628 kilos con el hierro de Toros de Cortés, fue condenado a banderillas negras tras tomar cuatro o cinco picotazos saliendo rebotado de los caballos. Arreó en banderillas, poniendo en apuros a los banderilleros, y luego se mostró docilón y sin acabar de emplearse en la muleta de Juan José Padilla, que anduvo animoso en una faena fundamentalmente emotiva. Los mejores pasajes llegaron sobre la mano diestra. Mató de una estocada y hubo saludos tras leve petición para el torero.
El tercero fue un animal de Victoriano del Río muy manso en varas, descastado y rajado en la muleta. Apretaba también de primeras para adentro, aunque ese defecto supo corregirlo después su matador, Miguel Ángel Perera, que pegó buenos muletazos en una labor de más técnica que emoción. Faltó tensión al conjunto, que a pesar de todo contó con naturales de nota. Cuando tenía metido al toro en el canasto, éste se rajó. Concluyó de estocada, precisó del verduguillo y sonó un aviso.
El sexto, muy venido a menos y desrazado, no dio ninguna opción a Perera, que lo mató tras intentarlo sin mayor trascendencia.
Zaragoza, 12 de octubre de 2014. Tres toros de Parladé (2º, muy bueno; 4º, aplomado tras su larguísima pelea en varas; y 6º, descastado), dos de Victoriano del Río (3º, manso; y 5º, bueno) y uno de Toros de Cortés (1º, condenado a banderillas negras). Juan José Padilla, saludos tras leve petición y aviso y silencio; El Juli, saludos tras leve petición y aviso y dos orejas; y Miguel Ángel Perera, palmas tras aviso y silencio. Entrada: Más de tres cuartos.
Fotos: ARJONA
El Juli cortó las dos orejas del quinto por una faena muy julista.
Arrancó con un quite por lopecinas muy templado y parado que ya comenzó
a calentar a la parroquia. Luego, inició con la muleta sin probaturas
en los medios sobre la mano derecha. El inicio fue muy emocionante y el
grueso de la labor tuvo el sello de la casa: mano baja y ligazón. El
toro quiso rajarse y el final de faena, llevándose al animal de los
medios a las tablas con muletazos por bajo muy ligados, fue de
apoteosis. Mató de una estocada y paseó el doble trofeo.El segundo fue un buen toro de Parladé al que El Juli hizo un faenón. La primera parte del trasteo fue de toreo muy largo, reunido, ligado y por abajo. Y en la segunda rozó lo imposible en terrenos de cercanías, metido entre pitones y aguantando los parones del astado. Era faena de dos orejas, pero perdió el premio tras pinchar dos veces antes agarrar la estocada definitiva. Saludó después de que se le pidiera con timidez la oreja.
El bonito parladé que hizo cuarto se enceló con el caballo hasta el punto de estar cerca de cuatro minutos peleando con la cabalgadura. Se llevó una ovación de gala el monosabio Víctor Bau, que cogió al animal del rabo y del pitón para librar al caballo del trance. Padilla banderilleó con algún apuro -pues el toro apretaba- y luego no tuvo opciones con la muleta pues el astado se paró a plomo. Mató de una estocada y fue silenciado.
El primero, un toro colorado de 628 kilos con el hierro de Toros de Cortés, fue condenado a banderillas negras tras tomar cuatro o cinco picotazos saliendo rebotado de los caballos. Arreó en banderillas, poniendo en apuros a los banderilleros, y luego se mostró docilón y sin acabar de emplearse en la muleta de Juan José Padilla, que anduvo animoso en una faena fundamentalmente emotiva. Los mejores pasajes llegaron sobre la mano diestra. Mató de una estocada y hubo saludos tras leve petición para el torero.
El tercero fue un animal de Victoriano del Río muy manso en varas, descastado y rajado en la muleta. Apretaba también de primeras para adentro, aunque ese defecto supo corregirlo después su matador, Miguel Ángel Perera, que pegó buenos muletazos en una labor de más técnica que emoción. Faltó tensión al conjunto, que a pesar de todo contó con naturales de nota. Cuando tenía metido al toro en el canasto, éste se rajó. Concluyó de estocada, precisó del verduguillo y sonó un aviso.
El sexto, muy venido a menos y desrazado, no dio ninguna opción a Perera, que lo mató tras intentarlo sin mayor trascendencia.
Zaragoza, 12 de octubre de 2014. Tres toros de Parladé (2º, muy bueno; 4º, aplomado tras su larguísima pelea en varas; y 6º, descastado), dos de Victoriano del Río (3º, manso; y 5º, bueno) y uno de Toros de Cortés (1º, condenado a banderillas negras). Juan José Padilla, saludos tras leve petición y aviso y silencio; El Juli, saludos tras leve petición y aviso y dos orejas; y Miguel Ángel Perera, palmas tras aviso y silencio. Entrada: Más de tres cuartos.
Fotos: ARJONA.FUENTE APLAUSOS
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