Páginas AFICIONADOS TAURINOS SIN ANIMO DE LUCRO

sábado, 4 de octubre de 2014

ABELLAN Y MADRID

Pocos diestros representan como Miguel Abellán el sinónimo de ser "torero de Madrid". Nacido, criado, surgido y lanzado del ruedo de Las Ventas. Sostenido, también, en los momentos más duros de una carrera profesional que ocupa más de tres lustros. Su hoja de servicios en la Monumental de la calle de Alcalá, con cerca de cuarenta paseíllos a su espalda, desde novillero refleja un camino donde fluyen senderos de gloria, de emoción y de raza, pero también de sangre. Abellán ha labrado su carrera en la plaza de todos los sueños. La que este sábado cruzará en solitario camino de la consagración definitiva. Un reto de torero. Un anhelo hecho realidad en su feudo.

Una carrera ligada íntimamente a la plaza de Las Ventas. Miguel Abellán y Madrid. Madrid y Miguel Abellán. Una pasión, una fuerza, una relación eterna de amores y desamores, de clamores, de esfuerzo, de épica y de lírica a partes iguales. Abellán y Madrid, amores reñidos que son los más queridos. 35 tardes de matador de toros ha toreado el de Usera en la Monumental de la calle de Alcalá. Una trayectoria que no se refleja en números porque las emociones no se pueden cuantificar en este caso. Dos puertas grandes, un puñado de orejas, otras tantas vueltas al ruedo, ocho cornadas. Un idilio eterno. Un público cruel pero agradecido, fiel. Y un torero que en Madrid siempre lo dio todo. "El cien por cien", asegura el madrileño. "En otras plazas ha podido haber ocasiones donde por las causas que sean he podido dejarme algo dentro. En Las Ventas jamás. En Madrid siempre fui sincero y me entregué como en ningún otro sitio. Esas fueron mis armas en mi plaza: la entrega y la verdad. Los aficionados no son tontos y aunque en ocasiones sentí su dureza en carne propia, al final me siento un privilegiado porque ellos han sido, la afición de Madrid, los que me lanzaron a las ferias, me sostuvieron y respetaron en los momentos difíciles y los que me dieron credibilidad en mi profesión", explica Abellán.

Una hoja de servicios cargada de leyenda. Abellán no sería Abellán sin haber vivido todo lo que ha pasado en esa plaza. Lo sabe. Y lo enfatiza. Cuando en 2012 tuvo que irse desmotivado y sin ilusión, muchos creyeron que la carrera de este torero del barrio de Usera -nacido el 24 de septiembre de 1979- estaba finiquitada. Error. El destino le deparaba la gloria de una tarde como la que espera vivir este sábado en su plaza. "El destino me puso en el camino con una tarde redonda en Madrid el pasado San Isidro y me ha dado la oportunidad de vivir lo que estoy viviendo", expone.

Una relación triunfal. Indudable. Pero también bañada en drama. El golpe de épica de un camino de lírica. "Creo que han sido ocho cornadas las que me han pegado en Madrid y otras veinte volteretas como mínimo”, detalla. “Lo digo con orgullo, entiendo que es la prueba más palpable del compromiso con el que he salido siempre en Las Ventas", concluye.
FUENTE APLAUSOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario