Se abrió la temporada en la Maestranza de Sevilla con una corrida de Miura, que si bien lució bella estampa por fuera, todo se lo guardó dentro. Deslucida y parada, llegó sin fuelle al último tercio. No aparecieron tampoco las complicaciones habituales en los toros de Zahariche a excepción del cuarto. Manuel Escribano, que se fue en los tres toros a portagayola y sufrió una fuerte voltereta al recibir a su segundo, y Daniel Luque, tan sólo pudieron mostrar voluntad y empeño en el conjunto de sus actuaciones.
El primer miura se movió pero lo hizo sin humillar. Iba y venía el toro que no desarrolló grandes virtudes. Ante eso, Manuel Escribano, que recibió a su oponente a portagayola, realizó una faena de mucha voluntad y tesón pero de escasa relevancia. Hubo disposición y empeño en una labor larga que no remató con acierto con los aceros.
Al igual que en su primero, Manuel Escribano se fue a recibir a la puerta de chiqueros a Lesmero, un miura que hizo tercero de 609 kilos. El sevillano fue cogido de forma violenta y muy fea por el toro que le propinó un fuerte porrazo en la cara y una paliza que afortunadamente no reviste mayores consecuencias. El torero siguió en el ruedo y justo antes de brindar la faena a Juan José Padilla, saltó un espontáneo al ruedo con una chaqueta de chándal. La actuación rápida de los subalternos y la autoridad evitó males mayores. El toro, suelto en los primeros tercios, no permitió hilvanar faena a Escribano, que lo intentó con voluntad en los medios. El toro, sin nada que decir ni transmitir.
A portagayola se fue también en el quinto, un toro a la defensiva, parado y sin emplearse. Falto de raza. Se lo guardó todo dentro el miureño ante un Escribano que lo intentó por ambos lados y que tan sólo pudo poner actitud y entrega. Lo mejor, un estoconazo soberbio con el que finalizó su actuación.
El sardo que hizo segundo sólo lució por su bella y preciosa lámina. Los momentos de mayor intensidad se vivieron en un tercio de quites en el que entró en liza Manuel Escribano y respondió Luque por verónicas templadas y profundas. El sevillano puso voluntad frente a un toro sin fuelle ni motor para embestir. Su segundo fue el más complicado hasta su lidia del encierro. Reservón y con peligro, tuvo mérito banderillearlo por lo complicado que se puso el albero tras una tromba de agua que cayó durante el segundo tercio. Breve faena del de Gerena, que manejó de nuevo con contundencia la espada, ante las nulas posibilidades del toro.
El sexto que cerró plaza fue todo fachada y el mejor resumen de la tarde. Un miura muy grande, con romana y alzada, que en los primeros tercios pareció que podía romper pero que a la hora de la verdad se vino muy abajo. Deslucido y agarrado al piso no dio opciones a Daniel Luque que hizo un esfuerzo muy importante. Expuso en ocasiones pero no lo agradeció el respetable. Mató de estocada casi entera.
Sevilla, domingo 20 de abril de 2014. Toros de Miura, bien presentados, serios y de pobre juego. Bajos de raza y fondo. Deslucidos. Complicado el cuarto. Manuel Escribano: Ovación con saludos tras aviso, silencio y ovación con saludos; Daniel Luque: Silencio, silencio y palmas de despedida. Entrada: Casi lleno. La afición obligó a ambos toreros a saludar tras romperse el paseíllo. Saludó en banderillas Curro Robles tras parear al sexto.
Incidencias: En la lidia del tercer toro del festejo, justo antes de que Manuel Escribano brindara la faena a Juan José Padilla, saltó un espontáneo al ruedo que fue rápidamente reducido por las cuadrillas y las autoridades.
FUENTE APLAUSOS
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