Sereno, tranquilo, hablando con pausa y pensando cada idea. Personalidad de Saúl Jiménez Fortes que viaja camino de su domicilio en Málaga con el alta médica en la mano y las sensaciones aún frescas de su actuación del domingo en Las Ventas. “Estoy satisfecho de mi actitud, de sobreponerme a las circunstancias y de mi entrega durante toda la tarde. Me vi tranquilo y sin renunciar nunca a nada. ¿Que si estoy arrepentido de salir hacer el quite en el sexto?, para nada. Todo lo contrario. Cien veces volvería a salir sabiendo que me coge. Era una obligación moral”, explica el diestro.
“La cornada fue un accidente, ni siquiera fue un error. El toro me arrastra con los cuartos traseros. Me caigo y no tengo margen alguno de maniobra, no me dio tiempo ni a incorporarme ni a rodar. Y me pega la cornada. Si hubiese sido que me pisa el capote o que pierdo pie, hubiese tenido un sentimiento de culpabilidad. Pero no es el caso. Además, el toro era apto para hacer el quite y lo hice”, recuerda.
La evolución de la herida va por buen camino y ha sido él mismo quien ha hablado con el Dr. Máximo García Padrós para que autorizase su viaje a Málaga. “Estas últimas horas no ha habido complicaciones y todo ha sido más fácil. Ayer estuvieron controlando la funcionalidad de la vejiga y al ver que todo va bien, me han mandado a casa. Tengo que guardar reposo, continuar los protocolos médicos y cuando me encuentre mejor espero ir a probarme al campo”, revela Jiménez Fortes.
Percance al margen, Saúl Jiménez Fortes asegura que la tarde que firmó en Las Ventas el domingo: “Fue un paso al frente. La idea era refrendar con un triunfo lo que demostré en Valencia. No llegó el triunfo porque en Madrid llega muy pocas tardes y además no siempre depende de uno. Me encontré maduro, firme, resolviendo dificultades y dejando claro que no fue casualidad lo ocurrido en Valencia y que mi evolución es una realidad. Mis toros sirvieron para estar digno con ella pero no para triunfar”.
FUENTE APLAUSOS
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