Olivenza (España). ¡Qué torero vamos a tener en Olivenza! dijo un aficionado llevándose las manos a la cabeza viendo actuar a Ginés Marín
hoy en la matinal de la localidad pacense. El extremeño logró abrir la
Puerta Grande con cuatro orejas en su haber. Y cierto es que la cosa
pinta bien, muy bien. Marín sorprendió a los que no lo habían visto y enorgulleció a quienes ya confiaban en él, como es el caso de su apoderado, Niño de Leganés, quien pletórico sonreía en el callejón. Enhorabuena a ti también, Luis,
porque si Dios quiere y como ha afirmado el aficionado de detrás, ¡hay
torero para rato! Hoy fue día de crear afición y disfrutar en la plaza
porque Luis Manuel Terrón y Posada de Maravillas también tuvieron su protagonismo, así como lo tuvo el gran encierro de El Freixo,
bien presentado y de buena condición en conjunto. Empresarios, tomen
nota, porque lo de hoy si es promocionar a los novilleros, apostar por
una ganadería que embiste sí es darles una oportunidad.
Soberbia fue la actuación de Gines Marín con el tercero de la mañana. El castaño de El Freixo resultó
más áspero que sus hermanos: aunque también noble, en ocasiones fue
rebrincado en la muleta. Lo toreó con gusto de capa y le enjaretó un
bonito quite por chicuelinas. Marín se mostró firme,
muy torero y con gusto en todo lo que hizo delante de la cara del
novillo, en la que no fue fácil estar. Valiente y asentado aguantó
parones y logró solventar todas las complicaciones que el animal le fue
planteando con las ideas muy claras y mucha frescura. Cortó dos
orejas luego de dejar una estocada entera. El sexto fue un novillo que aunque noble también, resultó más aplomado en la muleta. Gines Marín
estuvo por encima de las posibilidades que le ofreció el utrero, que
no se lo puso fácil. Tuvo paciencia y extrajo lo mejor bajándole mucho
la mano y sometiéndolo. Terminó en cercanías, mostrando arrojo y
aguantando parones del novillo ya venido a menos. Cortó dos orejas
después de dejar una estocada entera.
El cuarto de la mañana fue un 'dije', castaño y también de buenas hechuras, al que Posada le cortó una oreja. El
extremeño firmó una faena que, aunque algo intermitente, tuvo pasajes
con muletazos de mucha enjundia, toreándolo largo y templado sobre todo
por el pitón izquierdo. El novillo siguió incansable las telas,
humillando aunque quizá le faltó un punto de transmisión para que el
conjunto llegase del todo al tendido. Un final bonito con naturales a
pies juntos y de uno en uno, de mucho sabor, y la estocada, le hicieron
merecedor del trofeo. Abrió plaza un novillo de El Freixo bien hecho, algo acapachado y con hechuras de embestir, noble y con calidad al que Posada de Maravillas
instrumentó una faena con pasajes de mucho interés por ambos pitones.
Sobre todo por el izquierdo, por donde llegaron los muletazos más
templados con el novillo al ralentí. Marró con el acero una faena que
pudo tener premio y quedó en ovación.
Luis Manuel Terrón
era el primer debutante de la matinal y sorprendió gratamente al
público con un muy buen concepto. Toreó a verdadero placer a otro noble
novillo de El Freixo más bajo que el anterior y también de buenas hechuras. Terrón toreó
relajado y templado al natural con una firmeza y seguridad impropia
casi de un debutante. Vaciando siempre el muletazo llevándolo largo y
trazando muletazos como si estuviese toreando de salón. El novillo,
incansable, colaboró siempre humillando. Pinchó y perdió trofeo mayor
de lo que quedó en vuelta al ruedo. El quinto fue un novillo que quizá precisó más oficio. Más alto e igualmente bien presentado, el de El Freixo tuvo recorrido y lo mostró cuando Terrón
lo obligó, extrayéndole los muletazos de más importancia. La faena,
aunque fue de más a menos, tuvo pasajes de calidad y finalmente cortó
una oreja tras matar de estocada entera.
Plaza de toros de Olivenza. Tercera de feria. Dos tercios de plaza. Novillos de El Freixo. Posada de Maravillas, ovación y oreja; Luis Terrón (que debuta), vuelta al ruedo y oreja y Ginés Marín (que debuta), dos orejas y dos orejas.
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