http://canalplus.es/torosA Morante le faltó toro. Salió dispuesto ante el quinto, al que le faltó empuje y no pudo cuajar una faena redonda. Sólo dejó pinceladas sueltas en un trasteo en el que lo tuvo que poner todo el torero. Hubo regusto en la torería añeja sobre las piernas, primero con el capote, genuflexo, y en el comienzo con la muleta después. Llenó la plaza en las entradas y salidas de la cara del toro. Mató de media estocada.
Finito de Córdoba no quiso quedarse atrás y sacó en Valencia lo mejor de su arte. Faena larga, de menos a más, con una parte en la que fue lidiando al toro, consintiéndolo. Lo metió en el canasto, no sólo al toro sino también al público, que no acababa de meterse en la obra. Toro con más movilidad que clase, sin acabar de humillar. El de Córdoba inundó de señorial torería el escenario. Resurgió el mejor Finito. Naturalidad y buen gusto fueron las claves de una obra llena de gran belleza. Los remates, carteles de toros. Hasta se puso valiente entre los pitones y sacó repertorio con un circular espléndido. Se notó su disposición durante toda la tarde. Con el toro rajado en tablas, le recetó una buena estocada que le valió la oreja.
La plaza volvió a vivir grandes momentos con el toreo majestuoso de Manzanares. El de Alicante realizó una faena exquisita a un notable toro de Juan Pedro Domecq, de aterciopelada y templada embestida, fijo y noble. Toreo elegante y parsimonioso el del alicantino. Ligó sobre la diestra sin apenas soltar, ligando y componiendo la figura con empaque y sabor. Infinito un cambio de mano. De buena ejecución el toreo al natural. Acabó con el toro de un efectivo estoconazo. Dos orejas. Antes había toreado templado. En banderillas, se desmonteró Curro Javier, que recibió una gran ovación.
Morante bordó el toreo a la verónica. La plaza enloquecida aclamaba con rotundos olés las verónicas del sevillano, infinitas, encajadas, durmiéndose en el tiempo. A cada cual mejor. La media soltando tuvo magia. Elegancia y parsimonia rezumó un quite de verónicas a pies juntos, llevando al toro largo y toreado. Todo le salía bien a Morante. El quite por chicuelinas tuvo reunión y belleza. La media, recordó aquella eterna de Sevilla del pasado año. Valencia soño con el toreo del de La Puebla.
Comenzó con ayudados por alto de enorme empaque y la plaza volvía a soñar. Todo apuntaba faena de historia, pero no acabó de redondear. Tampoco importaba. La faena estuvo cargada de detalles sueltos, con muletazos de enorme personalidad e inspiración. La estocada fue sencillamente perfecta, en el mismo hoyo de las agujas.
El primer toro de la tarde, al que Finito recibió con una larga en el tercio, fue devuelto por blandear de las manos. En su lugar salió un sobrero del mismo hierro. También blandeó el sobrero en los primeros tercios y a pesar de ser protestado, el palco no contempló cambiarlo. Supo Finito administrar bien la poca fuerza del toro en una faena larga, en la que dio tiempo al toro. No hubo continuidad por la endeblez de su oponente, pero sí toreo del caro, sobre todo al natural y detalles de gran torería como los cambios de mano y del desdén finales. Finito quiso en todo momento. Estocada arriba que necesitó de la cruceta.
Valencia. Sábado 15 de marzo. Toros de Juan Pedro Domecq, devuelto el 1º por flojo. Finito de Córdoba: Silencio tras aviso y oreja tras aviso; Morante de la Puebla: Oreja y ovación tras aviso; Manzanares: Dos orejas . Entrada: Lleno.
FUENTE APLAUSOS
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