Respecto a las primeras horas después del percance, el valenciano comentaba: "He pasado la noche bien dentro de lo que cabe, con calmantes que me han ayudado a descansar un poco. La primera cura ha ido bien, los médicos han encontrado la herida en buen estado y además no he tenido fiebre. Ahora estamos pendientes de la clavícula. Tienen que operarme, pero todavía no sabemos cuándo ni quién lo va a hacer. Será en Madrid porque es más cómodo para nosotros seguir allí todas las curas y el proceso de rehabilitación y así no tener que estar viniendo a Valencia para ello”.
El torero de Chiva ha tenido tiempo para pensar en las causas del percance: “En el toreo casi siempre la diferencia entre que te coja un toro o no te coja está en un centímetro e incluso un milímetro. Era consciente de que tenía las dos orejas cortadas y tenía que matar al toro bien. Entré consciente de que me la jugaba y el toro me prendió por la banda del vestido y me quedé enganchado. La mala suerte es que hizo por mí en el suelo y me dio la cornada en la axila. La buena suerte es que el pitón fue esquivando venas y arterias que hay en esa zona y llegó hasta el cuello sin hacer mucho daño. Sentí perfectamente como el pitón me llegaba hasta el cuello, tengo que dar gracias a Dios".
Ponce tuvo un gesto de entereza y torería: “Me percaté desde el primer momento y quise permanecer en el ruedo hasta ver morir al toro e irme con la imagen de los dos pañuelos asomando en el palco para ir al quirófano más orgulloso y satisfecho. Entre comillas, más contento”.
En cuanto a la lesión ósea, Ponce cree que será la que marque los plazos de la recuperación: “La clavícula va a mandar en el tiempo de recuperación. La cornada se curará y listo, pero la fractura requiere una operación y una posterior rehabilitación. No me pongo plazos porque todo es muy reciente, pero me gustaría estar para Sevilla. Vamos a ver cómo me voy recuperando”.
FUENTE APLAUSOS
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