Se esperaba emoción, duelo y pulso entre dos gallos de pelea como Castella y Perera. No la hubo y la afición se quedó con la miel en los labios. Lo que pudo ser y no fue. No ayudaron los toros y los espadas, acabaron contagiándose de las adormiladas embestidas de los zalduendos, a los que les faltó el empuje y la emoción que a estos toreros les hace falta para que sus obras tengan eco en el tendido.
La única oreja de la tarde la cortó Castella al tercero, donde se vio el único pique de quites, con más disposición por parte de ambos que brillantez. Por gaoneras Perera, Castella por saltilleras. Antes toreó Castella enfadado de hinojos, rematando con una larga. Siguió este tercero la tónica de sus hermanos, calidad y poca fuerza. Le sirvió al francés, que toreó despacio aprovechando las cualidades del toro, destacando en una serie sobre la izquierda al ralentí. Estocada trasera pero fulminante que le hizo merecedor de la oreja.
Muy firme y valiente estuvo con el quinto, que manseó de salida. Sin embargo, al ver al picador, se arrancó como un tren desde el centro del ruedo. Hasta en tres ocasiones, peleando como un bravo. Fue castigado duramente. Se creció en banderillas el toro, donde hasta ese momento su comportamiento era una incógnita. Fue clave el comienzo de muleta de Castella por abajo, castigando al toro para fijarlo. Se echó enseguida la mano a la izquierda y muy valiente, tragó con firmeza para desengañar al toro. Buenos los naturales, muy encajado de riñones y recreándose. Excepcional la tanda en la que le ganó la partida al de zalduendo, que acabó entregado. Pero se le terminó el motor pronto, quizá acusando el castigo en varas y la faena no acabó de tomar vuelo. Pinchazo, media estocada y descabello.
Abrió plaza un toro que tuvo clase y fijeza, aunque no estuvo nada sobrado de fuerza. Castella supo darle la lidia adecuada, sin atacarle, midiendo los tiempos, llevándolo sutilmente con una muleta templada y sin brusquedades. Bien sobre ambas manos Sebastián, en una labor pulcra, rematada de una casi entera al segundo intento.
PERERA, SIN MATERIAL
El primero de Perera fue un toro con calidad aunque, también pecó de falta de fuerzas. Embistió con despaciosidad, importante su manera de colocar la cara, con los belfos surcando la arena. Salió Perera atacando, durase lo que durase el toro, que fue poco. Fiel a su toreo de mano baja y muleta rastrera, ligando en un palmo, con el engaño siempre adelantado y embarcando con la panza. Asentado el torero. No hubo mayor calado por la falta de transmisión del zalduendo. Mató de estocada caída.
PERERA, SIN MATERIAL
El primero de Perera fue un toro con calidad aunque, también pecó de falta de fuerzas. Embistió con despaciosidad, importante su manera de colocar la cara, con los belfos surcando la arena. Salió Perera atacando, durase lo que durase el toro, que fue poco. Fiel a su toreo de mano baja y muleta rastrera, ligando en un palmo, con el engaño siempre adelantado y embarcando con la panza. Asentado el torero. No hubo mayor calado por la falta de transmisión del zalduendo. Mató de estocada caída.
El cuarto fue un toro sin opción, de rebrincada embestida, sin recorrido y desclasado. Lo intentó Perera en una labor tediosa y sin posibilidad de lucimiento.
Un quiero y no puedo fue la faena al sexto. Se empecinó Perera en sacar agua de un pozo seco. El extremeño quiso justificarse ante un toro desfondado, en una labor demasiado larga y de poco eco.
Valencia. Lunes 17 de marzo. Toros de Zalduendo, bien presentados, serios de cara; sin estar atacados de peso, bien hechos, pero de poco juego en general. Con calidad pero sin fuerza los tres primeros, manso y a menos el 5º, sin opciones 4º y 6º.Sebastián Castella: Ovación con saludos, oreja tras aviso y ovación con saludos tras aviso; Miguel Ángel Perera: Aplausos, silencio y silencio. Entrada: Tres cuartos. En banderillas saludaron Javier Ambel y Vicente Herrera en el 3º.
FUENTE APLAUSOS
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