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miércoles, 5 de febrero de 2014

RUBEN PINAR CERCA DE LA REAPARICION

Madrid (España) Rubén Pinar 'reapareció' ayer en público tras el grave percance que sufrió el pasado diciembre en la ganadería de Nazario Ibáñez, donde fue volteado por un toro y sufrió un traumatismo craneoencefálico. El torero manchego habló de aquellos difíciles momentos en compañía del ganadero Jorge Ibáñez en la tertulia Los Martes Taurinos del Club Taurino de Murcia.

'Va todo por buen camino y espero que en menos de un mes podré torear en el campo y entrenar más fuerte. Si a eso le unimos la ilusión por volver a torear, todo hace pensar que el camino que sigo es el correcto', 
dijo Pinar. El torero revivió así el momento del accidente. 'Tuve la mala suerte de que me cogiera cuando toreaba con la mano izquierda. Me corneó en la sien y luego me di un golpe muy fuerte. Cuando desperté en el hospital lo primero que pregunté fue cómo había estado con el toro, aunque al principio creía que el golpe había sido por un accidente de coche'.
'Mucha gente me ha ayudado y eso contribuye a que me recupere mejor. La manera de devolver el cariño que he recibido es toreando en una plaza importante y cortando dos orejas', sentenció.

Ibáñez reconoció su consternación en los primeros momentos. 'Pensaba que se nos moría en la plaza y llegó a estar casi diez minutos inconsciente, con problemas para respirar', apuntó el ganadero, que entabló amistad temprana con el torero y dijo sentirse 'plenamente feliz'por su vida entre toros bravos.

'La ganadería está ahora en un buen momento después de haber pagado la inexperiencia y los errores del inicio, porque mi padre quería tener una ganadería brava pero no sabía tanto de toros. Yo tenía diez u once años cuando mi padre empieza la ganadería y fue cuando me puse por primera vez delante de una becerra', 
contó. Fue el mismo caso que Pinar, que pudo criarse en la ganadería de Nazario Ibáñez, ya que estaba al lado de su casa. 'Era donde quería, disfrutando, y por eso pedía a mi padre que me llevara a ver un tentadero y a echar un día con Jorge, que ya estaba entrenando. Aquello me aportó mucho', dijo.

También a Jorge Ibáñez, que con catorce años aparcó la ganadería para cumplir el sueño de ser torero. 'Debía centrarme en torear porque esta profesión exige estar en ella al 100%', dijo el ganadero, que mantiene un excelente recuerdo de su periplo como matador, 'que fue lo más grande que me pudo pasar, la mejor etapa de mi vida'. Pinar también recordó sus tempranos comienzos en la profesión, siendo considerado un niño prodigio del toreo, con ocho años ya participaba en algún festival e incluso toreó en México: 'Pensaba que iba a ser figura del toreo. Ahora lo pienso y no soy muy partidario de empezar tan joven'.

'La madurez llega con el paso del tiempo y veo ahora muchas faenas que ojalá hubiera podido aprovechar. Con 18 años no piensas lo mismo que con 23 y así me ha pasado. Que he ido pasando de torear 40 tardes a 20 y luego a nueve. Es duro pero también te sirve porque te conciencia de que tienes que trabajar y remontar', explicó Pinar, que añadió:

'He tenido sensación de partir de cero porque antes salía a hombros de Madrid y ahora toreo poco. El año pasado ya hicimos una remontada importante; toreé 22 corridas y cuajé una buena tarde en Madrid. Ahora sigo en esa línea para empezar la temporada mentalizado', concluyó. Esa esperanza de triunfo también es compartida por Jorge Ibáñez, que con su trabajo ha conseguido que el nombre de Nazario Ibáñez haya crecido en los últimos años.
FUENTE MUNDOTORO

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